Entre el Ramiro y Badalona

Hay lugares que se parecen sin parecerse. Puertas mágicas que conectan sitios casi desde el alma. Cuando se recorre el anillo interior del Olimpic rebotan unas risotadas por las paredes. Esos ecos se distinguen igualmente en los bajos del Magariños. Idénticos. Es allí, en esa sala de juegos, en ese gimnasio de diversión donde nace esa conexión de mundos paralelos. Luego ese bote se hace mayor, como esos enanos del babybasket se convierten en mini, en jugadores y jugadoras que trepan por su futuro por la escalera de la leyenda, de la tradición de cantera que hace de Estudiantes y de la Penya dos clubes gemelos en filosofía e historia.

El celeste de Madrid y el verdinegro de Badalona se mezclarán de nuevo en la Copa de España Alevín L'Alqueria del Minibasket. La presencia de sus equipos en la competición adorna con su buen hacer desde mini y realza la apuesta que ha hecho MHL Sports por generar la mejor competición posible en el calendario nacional. Y para conseguir ese objetivo contar con el Estudiantes y el Joventut es asignatura obligada. La histora, el presente y el futuro mandan. Jordi Martí, por un lado, e Iñigo de la Villa, por el otro, saben de lo que hablan. Por el cargo, primero (Jordi es Director Técnico del Joventut  y a Iñigo le han nombrado hoy Director de Cantera del Estudiantes), y por conocimiento de causa, segundo. Ellos han pasado por todos los escalones del escalafón. Desde entrenadores de mini hasta su responsabilidad actual. Saben de lo que hablan.

Dos de los caladeros de jóvenes talentos más importantes de Europa saben que los cimientos deben construirse desde bien temprano. El Joventut dispone de 17 equipos de su 'Escuela' de baloncesto. En Estudiantes corretean entre el Magariños, La Nevera y el Internado un total de 22 grupos de entrenamiento y 16 equipos de competición', entre los que hay dos de desarrollo que serán los que visiten L'Alqueria convertidos en campeones de Madrid. "La filosofía general del club en esta categoría sería tratar de acercar el baloncesto a cualquier niño que quiera jugar en Estudiantes, especialmente a los niños y niñas del colegio Ramiro de Maeztu. Si bien es cierto que tanto en masculino como en femenino contamos con un alevín de segundo año del área de desarrollo en el que el objetivo sería tratar de conjuntar en un mismo equipo los jugadores, tanto de escuela externa como del Ramiro, que entendemos que pueden tener un 'talento' más especial, así como algún jugador incorporado de fuera con unas características diferenciales", indica Iñigo de la Villa, exalumno del Ramiro y asistente dos años de un badalonés como Salva Maldonado en el equipo de Liga Endesa. Cruce de caminos.

La sensación de que todo empieza desde muy pequeñito es compartida. Esas canchas de baby son esenciales. No tanto para dotar a los jugadores de habilidades especiales, sino para contagiarlos de la pasión del baloncesto y de la esencia de un club especial. "Es una fase vital. Para nuestro club la Escuela es la primera piedra de la construcción de nuestros equipos de élite y además la esencia del club, por lo que el Joventut no sería nada sin su Escuela de basket. En esta etapa es básico trabajar todos los valores que podemos trabajar en formación y todos los valores de excelencia del club, que van a ser fundamentales para que lleguen al primer equipo", insiste Jordi Martín, que se incorporó al cuerpo técnico de la Penya en 1985 y fue Director de Cantera durante ocho años (2005/2013).

¿Y en qué debe centrarse la tarea en el minibasket? En la técnica individual. La respuesta coincide como un mantra. Dotar al jugador de herramientas valiosas en su proceso de mejora, dominar aspectos esenciales y dar libertad en el juego bajo unos conceptos básicos desde donde partirá su evolución. "Sin duda hay que centrarse en el dominio de la técnica individual y de los fundamentos. Además de la táctica individual y el desarrollo de estos fundamentos que se han trabajado de forma individual. Trabajar espacios y lecturas, comunicacion entre los jugadores...", señala como prioritario Jordi Martí.

En el otro lado del puente aéreo, Iñigo de la Villa añade un concepto esencial: el hábito de entrenamiento: "En Estudiantes le damos muchísima importancia a entrenar el hábito, ofreciendo una buena educación deportiva que pueda ser la base sobre la que asentar toda la carga de trabajo futura. Si hablamos meramente de conceptos técnicos, hablaría de desarrollar las habilidades del jugador con balón, agarre, desplazamientos, criterios de atención y en convertir el gesto técnico del pase en una herramienta para el juego", explica este técnico de 28 años que ha pasado por todas las categorías formativas del Estudiantes.

Formando formadores 

La experiencia de haber vivido el proceso completo como entrenador de cantera hace que Jordi e Íñigo sepan que los formadores deben adaptarse al medio que entrenan. No es lo mismo lidiar con unos alevines que con un grupo cercano al profesionalismo. Y no todos los técnicos tienen madera para ponerse con las riendas de un 'mini': "Los entrenadores de mini no son los mismos que los profesionales que ganan Euroliga. Obradovic seguramente no podría entrenar a un alevín. En esa categoría hay que ser un profesor, disponer de mucha paciencia y de pocas ambiciones, porque lo esencial es, como buen profesor, ayudar a sus alumnos a crecer en la materia", opina el Director Técnico del Joventut.

Desde la calle Serrano se observa esa misma preocupación por formar formadores. Los primeros pasos no deben ser guiados por inexpertos, sino por entrenadores con capacidades especiales, como indica el nuevo director de cantera del Estudiantes: "El formador en esta etapa debe ser alguien plural y con perspectiva, capaz de abordar la globalidad y complejidad que supone trabajar con niños. Alguien que genere y transmita los buenos hábitos de los que antes hablábamos. Excelente en la capacidad de comunicación y que tenga muy claro que el foco debe ser dotar al niño de herramientas",

L'Alqueria del Minibasket será esta semana (21 al 24 de junio) una nueva etapa en ese largo camino que afrontan los alevines de ambas entidades, "un broche de oro a la temporada", apunta Iñigo de la Villa. Un contexto ideal, en una instalación modélica, para seguir trabajando y divertirse. Porque ese verbo, esa emoción que produce sonrisas, es la clave de todo el éxito. Eso que despierta ese eco que comparten el Olimpic y el Magata.  "Estos torneos son siempre interesantes y positivos para hacer crecer la ilusión y mejorar su formación. En el Joventut nunca nos pondremos a estas edades metas competitivas. Solo pasarlo bien, crecer y tener una experiencia más", concluye Jordi Martí.
 
ALEVIN ESTU
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Campeonato de campeones

La Copa de España Alevín L'Alqueria del Minibasket nace con la intención de reunir en un mismo recinto a los mejores equipos de la categoría a nivel nacional. La primera edición, que tendrá lugar esta misma semana (del 21 al 24 de junio) en la magnífica instalación del Valencia Basket, completará una participación de primer nivel con la inclusión de muchos de los campeones autonómicos y provinciales tanto en el cuadro masculino como femenino. 

Madrid, Cataluña, Valencia, Aragón, Castilla y León, Galicia y Navarra se presentarán en L'Alqueria con sus primeros clasificados en categoría alevín. Con sus campeones y campeonas. Murcia, Canarias, Andalucía, País Vasco  y La Rioja se unen con sus representantes para otorgar a este debut de este torneo un alto valor de calidad a nivel competitivo, donde se subraya la inscripción de varios conjuntos clasificados entre los cuatro primeros a nivel autonómico.

En categoría masculina se cuenta con la presencia de varios campeones regionales. Movistar Estudiantes (Madrid), Valencia Básket (Comunidad Valencia), Maresme (Cataluña) y El Olivar (Aragón) dotan a la Copa de España Alevín de un punto de prestigio de primer orden a nivel nacional. A ellos se añaden varios subcampeones, encontrándonos además que algunas regiones tendrán en L'Alqueria de Minibasket a sus dos finalistas mini: Benifaio (Valencia), Joventut (Cataluña), Narón (Galicia) y Estudiantes Cartagena (Murcia).

En el cuadro femenino el nivel de exigencia es igual o mayor si cabe, dándole desde la organización de MHL Sports una prioridad. Como campeones autonómicos o provinciales acceden a este torneos equipos de la talla del Estudiantes (Madrid), Valencia (Comunidad Valenciana), Sant Adrià (Cataluña), Stadium Casablanca (Aragón), Mutilbasket (Navarra), Celta de Vigo (Galicia)  o Castilla Sport (Burgos). Tres subcampeones regionales elevan el nivel competitivo: AD Infante (Murcia), Easo (Gipuzkoa) y NBF Castellón (Comunidad Valenciana).

La calidad será una de las notas predominantes y de los grandes atractivos de un evento pionero y que contará con deiciseis equipos tanto en masculino como en femenino. Clubes de distinto calado y origen pero que mantienen un cuidado por el minibasket, tanto a nivel deportivo como en la consolidación de la educación en valores. Canteras ACB (Estudiantes, Valencia Basket, Joventut, Gran Canaria y Obradoiro) o de la Liga Femenina (Estudiantes, Valencia, Sant Adrià, Stadium Casablanca, Perfumerías Avenida, Campus Promete Logroño o Celta de Vigo) se juntarán con entidades con un bagaje y prestigio en la formación para dar  una inauguración por todo lo alto a L'Alqueria del Minibasket.

 

Sito Alonso: "El jugador de mini tiene que entrar y salir del entrenamiento con una sonrisa"

Once años. Esa era le edad de Alfonso ‘Sito’ Alonso cuando comenzó a entrenar en el colegio zaragozano de Compañía de María. Desde esa primera etapa como entrenador de mini hasta ahora, convertido en un técnico profesional con una trayectoria envidiable (Joventut, Gipuzkoa, Bilbao, Baskonia y Barcelona), se ha producido un proceso de aprendizaje continuo.

Con el ánimo de seguir compartiendo conocimientos, el nuevo entrenador del KK Cedevita se adentra en la experiencia de dirigir el I Congreso de Minibasket que la Sport Coach Academy organizará en Valencia en paralelo a la disputa del torneo alevín de L’Alqueria del Minibasket (21-24 de junio). Antes de eso, Sito Alonso nos regala una interesante entrevista en la que indagar sobre su proceso en esta categoría y en sus inquietudes como formador.

-- ¿Por qué afronta el reto de dirigir el I Congreso de Minibasket?

-- Formar parte de un congreso de minibasket siempre es una ilusión grande porque tengo claro que las cosas que marcan el futuro de los jugadores empiezan desde la base.

El minibasket ha avanzado de una forma increíble en las últimas etapas y esto lo hace muy enriquecedor. Es muy importante verlo para no olvidar los detalles que hay que mimar en el deporte profesional y que también se hacen en estas edades. Debemos analizar los déficits que podemos tener en el deporte profesional para retocarlos desde el minibasket para que los jugadores no alcancen luego la élite con ellos. Es por una parte un aprendizaje y, por otra, un análisis que afronto con una ilusión tremenda.

-- ¿En qué consiste su labor al frente de esta pionera experiencia que organiza Sport Coach Academy?

-- Mi labor es muy enriquecedora. Es verdad que me gusta supervisar todos los bloques en un conjunto, pero, lo que más me gusta es aprender y aprovechar todas las virtudes, experiencias y situaciones que nos plantea el ramillete tan grande que tenemos de entrenadores y preparadores físicos, que, seguramente, aporten cosas que nos van a enriquecer a cada uno de nosotros.

Que dirija este curso no significa evidentemente que esté por encima de los demás, que no es así, sino que estoy a la par. Reviso las cosas de los demás, pero no para corregir, sino, al contrario, para ser partícipe y aprender de lo que hacen todos.

-- ¿Qué destacaría de la programación y tareas que presenta este congreso?

-- Una de las mejores cosas que tienen este tipo de eventos es la diferente metodología que nos pueden enseñar los entrenadores incluso buscando un mismo objetivo. Quiero decir que muchas veces pensamos que existe una línea, un mismo camino, pero este se puede torcer y encontrar diferentes puntos en los que cada uno tengamos una idea que también estamos pensando el resto. Esta cantidad de opiniones, de experiencias que tienen los entrenadores y que van a poner al servicio de los demás, nos van a servir para mejorar.

Además, el hecho de estar en una constante comunicación, como sucede en el congreso, nos va a ayudar. Porque hay vídeos fáciles de conseguir en internet, pero tratar directamente con el entrenador que ha hecho un tipo de trabajo, tener su opinión, creo que es una ventaja añadida.

-- En paralelo se disputa una competición que nace para ser un referente nacional en categoría alevín. ¿Qué opinión guarda de la organización de L’Alqueria del Minibasket y cómo puede reforzar al Congreso que usted dirige?

-- Poder disfrutar de la dimensión de este torneo y hacerlo en L’Alquería del Basket del Valencia Basket aún le da mayor trascendencia. Es una idea magnífica, que hay que valorar como una toma de contacto con distintos clubes y colegios para que puedan competir unos con otros, pero también aprender unos de otros. Que aprendan el distinto nivel que hay en distintas comunidades y no tomárselo tanto como un campeonato de España. Simplemente, tomarlo como una competición que nos ayuda en la mejora y en encontrar aquellas cosas que debemos seguir potenciando en nuestro propio club, en nuestros propios colegios, en todos los componentes que podemos mejorar.

-- Usted se ha asentado en el mundo profesional. ¿Existen analogías entre este nivel superior y el minibasket?

-- Al final el minibasket tiene muchas parcelas que se comparten con el baloncesto profesional. Una de ellas es, por supuesto, la definición de equipo. No creo que haya mucha diferencia entre un equipo de minibasket u otro profesional que entienda esa palabra. Hay ejemplos muy claros. Cuando un compañero necesita una ayuda, porque hay una situación que a nivel defensivo no la puede controlar, cómo la supera un equipo de minibasket, cómo toman esa decisión por ellos mismos o están esperando la información del entrenador. Eso también lo puedes observar en la categoría profesional. Ese crecimiento de habilidades que hay en minibasket termina siendo el éxito total en la vida profesional. Está claro que una de las cosas más importantes que tienen que ocurrir en las dos es que un jugador, un equipo y un entrenador sean felices desarrollando la tarea que están realizando.

-- ¿Qué componentes cree que tiene que atesorar el buen formador en estas categorías, esenciales en el crecimiento del jugador y el menor?

-- Un buen entrenador de minibasket, desde mi punto de vista, primero tiene que ser un ejemplo. Un ejemplo en los valores que quiere implantar, no solo él, sino también el club o el colegio donde esté. Algunos niños y algunas niñas lo van a tener como espejo en la mayoría de las cosas que él realice. Quiero decir, cómo va a reaccionar ante una decisión arbitral, cómo va a reaccionar cuando dos jugadores falten a un entrenamiento, cómo va a reaccionar cuando alguien llegue tarde, ante una adversidad, ante el hecho de perder muchos partidos o ante el hecho de ir ganándolos.

Todos esos detalles que hablan de la filosofía y de los valores que el entrenador tiene que implantar son más importantes que cualquier situación técnica o táctica que se quiera implantar. Obviamente, un entrenador de minibasket creo que tiene ahora mismo una importancia máxima en la formación técnica tanto defensiva como ofensiva del jugador, intentando que en medida que los jugadores vayan creciendo pueda intentar especializarlos. Pero en este proceso el entrenador debe tener una capacidad buena para poder globalizar específicamente la técnica ofensiva y defensiva, sobre todo, en hacerles pensar. Yo creo que son una de las cosas que más me obsesiona cuando pienso en la tarea de un entrenador de categorías de formación. No siempre dar la receta mágica para que ellos puedan superar las situaciones con nuestra ayuda, sino hacerles pensar, dejarles equivocarse y, sobre todo, que aprendan a hacer las cosas ayudándose unos a otros desde el punto de vista de la inteligencia.

-- Empezó a entrenar con sólo once años en Compañía de María, un colegio de Zaragoza. ¿Recuerda sus inicios como entrenador y sus años de formación en ‘Mini’?

-- Recuerdo perfectamente mis inicios entrenando a chicos benjamines y alevines. Recuerdo disfrutar de una manera especial. Porque en esas edades hay que saber la influencia tan grande que tienes como entrenador. Siempre se dice que son cómo esponjas e intentan hacer todas las cosas que tú les quieres enseñar. A mi me gustaba mucho cuando entrenaba este tipo de categorías el ponerles el ejemplo de jugadores que podían ver, aunque en esa época cuando yo entrenaba en minibasket, en esos momentos, era mucho más difícil. Ahora con la facilidad que hay con las telecomunicaciones, con los servicios de internet, de vídeos, es más fácil que aprendan de otros, que imiten a otros en acciones positivas para formarles como jugadores. 

Cada año entreno a los chicos de mini de mi campus y tengo el factor especial de que nunca pierdo el contacto con el minibasket porque mi padre entrena en esta categoría y soy partícipe de todo lo que ocurre en ese equipo cada semana. Cuando tengo tiempo libre me gusta, no solo ir a los partidos, sino entrenarlas a ellas.

-- Se habla mucho de la educación de valores en estas edades. ¿Cuál es su importancia en el proceso de aprendizaje del jugador?

-- La formación no tiene que ser solo deportiva, obviamente. Pero a mí no me gustaría formar a unos niños o niñas no competitivos. Es importante sacar el lado competitivo de cada persona, algunos lo tienen innato y a otros hay que ayudarles a sacarlo. Algunos disfrutan colaborando para que los demás sean más competitivos.

Creo que es importante en un equipo, a nivel de educación, pero no se equivoque con ser blando o no competitivo, implementar una serie de conductas. Es fundamental, sobre todo, mostrar al jugador de qué es capaz, de qué no domina tanto para mejorarlo, para esconderlo, para ayudarse con otros compañeros para evitar ese tipo de problemas que le pueden causar no dominar cierta faceta.  No equivocar la competición con no ser respetuosos y luego también dotar al niño de herramientas para que pueda en un momento determinado utilizar el pensamiento, la capacidad cognitiva, pensar e imaginar situaciones en las que puedan trabajar a nivel baloncestístico, pero también mentalmente.

-- Cuando comenzó su etapa como técnico no existían congresos de esta calidad. ¿Qué métodos utilizaba para aprender y mejorar como formador?

-- En la etapa en la que yo entrenaba mini la información era muchísimo más difícil de obtener, pero tenía la suerte de poder acompañar a mi padre a todos los clinics y a los que no podía tenía la opción de comprar el video para ver en casa.

Una cosa que sí me gustaba desde ese inicio era ver los entrenamientos de todos mis compañeros de club o colegio. Recuerdo de quedarme de ver muchos entrenamientos de compañeros del CAI Zaragoza cuando yo jugaba allí: José Luis Oliete, José Luis Abós, Javier Marco, José Luis Ereña, Joaquín Arnal… Muchos compañeros de Helios como eran Willy, Jesús Gutiérrez… O en Compañía de María a José Ignacio Sofín, mi propio padre o a Javier Embid… Y en Monzón a Guillermo Uguet. Me gustaba ver entrenamientos no para copiar, pero sí para ver las cosas que ellos trabajaban y hacerme ver mi pensamiento, porque en ese momento no había tanta facilidad para conseguir información como ahora hay.

-- Cada vez se pone el foco de la expectación desmedida sobre jugadores más jóvenes, como le ocurrió a Ricky Rubio, al que usted entreno. ¿Cuál es su opinión sobre esa presión temprana?

-- Los jugadores que han recibido esa presión no tienen la culpa, sino que son especiales. Jugadores que, con un talento diferente al resto, no solo deportivo, si no también mental, han sido capaces de atribuirse a sí mismo una presión no apta para un jugador de similar edad. El compararse con otros jugadores o que los propios jugadores a edades muy tempranas quieran ser como ellos sí puede ser un prejuicio, pero no tiene que influir a las familias que rodean a ese jugador, que se ocupan de ellos. Cada persona es diferente y tienen que adaptarse a la realidad deportiva en la que están.

-- ¿Qué consejo le daría desde su posición a un jugador de mini? ¿Y a un padre o madre de este jugador?

-- Dentro de los consejos que podría dar diría que el esencial es que siempre venga con una sonrisa a entrenar. Parece una cosa sencilla, pero me parece muy importante darles esos primeros momentos del entrenamiento una libertad, que no tiene nada que ver con el haz lo que quieras, sino con una libertad organizada para que ellos sean felices en los primeros y los últimos momentos de la sesión, para que puedan entrar y salir de la pista con esa sonrisa.

Otro es que escuchen, pero que también que pregunten. Poner al entrenador en la responsabilidad de responder preguntas que el jugador necesita saber para mejorar un gesto técnico o una faceta del juego creo que es muy importante. Como entrenador, a mi lo que me gusta, es ir preparado, hacer los gestos que quiero enseñar antes en casa o en una pista solo para que no haya una duda. Si hay una duda ahora puedes buscar la facilidad que te ofrece el propio móvil para que el jugador lo vea. Ir preparado y, sobre todo, analizar qué niños y qué niñas tengo para cuidarlos y para exigirles.

Al padre lo mismo que me exijo yo con mi propia hija. No hace baloncesto, pero yo le llevo a su actividad y cuando termina le pregunto si se lo ha pasado bien, si se sabe el baile o si no se lo sabe, pero no entro en mas detalles. Solo entro en si respeta a su profesora, si respeta a sus compañeras y que tenga una responsabilidad sobre la actividad extraescolar que ella ha escogido. Eso es lo que yo haría como padre.

El método de Sant Adrià

Los éxitos de las selecciones españolas de formación se deben, según los especialistas, al llamado Método FEB. Dicen que su éxito se esconde en la forma que los entrenadores cuidan a los jugadores y las jugadoras, realizan un seguimiento personalizado, confían en ellos pensando en su futuro, generan vínculos de confianza con sus clubes y trasladan un modelo de juego vistoso y libre. La repetición constante de medallas cada verano avala esta teoría. Siguiendo este ejemplo, en el último lustro ha aparecido otro método teñido de lila, el del Snatt’s Femeni Sant Adrià. El club femenino de Barcelona ha explotado en este corto periodo como la cantera más ganadora y productiva de nuestro país. Su equipo alevín participará desde del próximo día 21 al 24 de junio en la Copa de España Alevín L’Alqueria del Minibasket. Una buena oportunidad para descubrir los secretos de esta evolución increíble.

El Snatt’s Femeni Sant Adrià ha conseguido el doblete en el Campeonato de España cadete y júnior. Su dimensión podría ampliarse al ‘triplete’ esta misma semana, dado que avanza con paso firme en la competición nacional infantil, equipo que parte como gran favorito tras adjudicarse la primera edición de la Minicopa de la Liga Día, que se disputó en el Stadium Casablanca de Zaragoza.

Daniel Poza está al frente de un cuadro técnico que comanda este proceso, que no es fruto de la nada. La progresión ha sido lenta y paulatina, pero constante y con las ideas claras. La llegada del actual Director Técnico en 2005 trazó un plan de crecimiento que ha hecho que este club, de una localidad de 35.000 habitantes, haya pasado de contar con 50 a más de 200 jugadoras y puesto a sus categorías en el primer nivel de la exigente Federación Catalana. “Este crecimiento se debe a que jamás nos hemos salido de nuestra idea de trabajo. Hemos seguido una trayectoria sin importarnos los resultados, sino el trabajo formativo-competitivo de la jugadora, y una cosa nos ha llevado a la otra”, explica Dani Poza, que en su currículum también figura haber sido el primer entrenador de Ricky Rubio.

La eclosión del equipo senior en Liga Femenina, donde ha debutado esta campaña con una meritoria octava plaza, supone que las niñas de la cantera perciban que la puerta del profesionalismo está abierta. La vía de la formación en Estados Unidos y las sucesivas convocatorias de la FEB imprimen al Snatt’s Femeni Sant Adrià un sello de calidad único.

Esta cosecha de éxitos no es casual y se alarga en el tiempo. En los últimos cuatro años el Snatt’s Femeni Sant Adrià ha acumulado hasta siete entorchados nacionales. Esta serie de alegrías esconde que la filosofía lila está extrayendo resultados, confirmando que la apuesta de la entidad barcelonesa de apostar fuerte por la formación tiene sus réditos. Hasta la prestigiosa revista Gigantes les otorgó el premio Trabajo de Cantera en la última edición de la Gala celebrada, precisamente, en L’Alqueria del Basket.

Regreso a L'Alqueria

Volver a este recinto con el equipo alevín para disputar la Copa de España Alevín es toda una satisfacción para un equipo que dispone de mucho futuro. El pasado fin de semana se han proclamado campeonas de Cataluña en La Seu de Urgell, superando al Cornellá, Geieg Girona y CN Sabadell. En Valencia dispondrán de cuatro jugadoras que disputaron el último Campeonato de España de minibasket. Datos que avalan el potencial del mini del Snatt’s Femeni Sant Adrià. “El mini es primordial para un club como el nuestro. La mayoría de nuestras jugadoras de los equipos cadete o junior juegan aquí desde esta categoría, que es donde empezamos nuestro proceso de creación de la estructura”, indica Dani Poza.

Cinco plantillas competirán con la camiseta lila en la categoría alevín la próxima temporada. Todas ellas entrenan tres días, con sesiones de 90 minutos y un entrenamiento específico de técnico y tiro los viernes, donde hay que añadir el cuidado de los valores educativos. Una buena selección de formadores, donde la madures personal y los conocimientos de baloncesto son fundamentales, provoca que se consiga completar el objetivo principal: enganchar a las chicas a la pasión del baloncesto. “Lo principal es que se enganchen al baloncesto, que les provoqué satisfacción el sacrificio para, partiendo de esta base, enfocarlo todo a la mejora individual de los conceptos básicos. Y dejarlas jugar con libertad en la pista”, afirma el DT del Snatt’s Femeni Sant Adrià.

La experiencia de  L'Alqueria del Minibasket será un paso más en este proceso, una actividad única al no haber un Campeonato de España de clubes específico en estas edades. “La verdad que es un fin de curso idílico, acabamos la temporada muy contentos en el ámbito autonómico y ahora con muchas ganas de disfrutar de nuevos grandes rivales y en unas instalaciones espectaculares, es un lujo. Es un gran acierto ya que en Minibasket siempre ha costado encontrar un recinto y unas fechas para poder organizar un campeonato a nivel nacional”, concluye Dani Poza.

Un sueño llamado L'Alqueria del Basket

A Shinji no le salen las palabras. Se queda mudo y observa. Su silencio recorre curioso los pasillos. Para. Mira durante unos minutos un entrenamiento. El bote de los balones le eclipsa. La vista le lleva a otro extremo. Sus pasos, detrás, automáticos. Otro equipo corre por la pista. La imagen se repite. Nuestro amigo japonés decide penetrar hasta el gimnasio. Dos plantillas trabajan de forma simultánea. El visitante japonés alucina literalmente con L'Alqueria del Basket, la casa de la cantera del Valencia Basket. Hasta el Lejano Oriente ha llegado el reclamo de esta fantasía para los amantes del baloncesto. Para muchos, la mejor instalación de baloncesto de Europa.

El sueño de Juan Roig, mecenas del club taronja, vio la luz el pasado mes de septiembre. El día 27 se inauguró un proyecto que es la envidia de cualquier formador de baloncesto, un tesoro donde todo está pensado para favorecer y facilitar el progreso de los jugadores y las jugadoras de baloncesto. Esta cualidad es la que ha llevado a la organización de MHL Sports a no dudar. La magnífica relación con Valencia Basket ha permitido que desde el próximo día 21 de junio y hasta el 24 se dispute en sus canchas la Copa de España Alevín L'Alqueria del Minibasket, el ambicioso evento que quiere cerrar la temporada con una fiesta de la formación. Los mejores jugadores alevines de España en la mejor instalación de España. El axioma era inevitable.
Las cifras que rodean a L'Alqueria del Basket son incontestables. 15.000 metros cuadrados de puro baloncesto edificados gracias a una inversión de 18 millones de euros. Dieciséis meses de obras para elevar esta universidad del baloncesto donde trabajan un centenar de personas.

L'Alqueria del Basket dispone de 13 pistas completas con el último equipamiento. Los mitos levantinos Víctor Luengo y Nacho Rodilla dan nombre a dos de ellas. En todas se pueden entrenar y jugar partidos, al estar equipadas con dos vestuarios (26 en total en toda la instalación), cada uno dotados con todo lo necesario, incluida una pizarra táctica.

Cada cancha dispone además de su marcador de última generación. Especial mención merece la pista central, donde ha entrenado habitualmente el equipo de Liga Femenina 2, ascendido a Liga Día, y ha jugado el conjunto de Liga EBA de Valencia Basket. Esta superficie, que fue lugar de disputa de la última fase de clasificación de la Minicopa y de la prestigiosa Gala anual de la revista Gigantes del Basket, dispone además de un circuito cerrado de cámaras para grabar las sesiones y los partidos.

Los servicios que entrega L'Alqueria a los 49 equipos de la base del Valencia Basket son inmejorables y sirven para completar no sólo el proceso de entrenamiento físico de los 550 jugadores y jugadoras, sino también para ofrecer todas las comodidades a los acompañantes o a los propios entrenadores. Este grupo lo componen 65 técnicos en total dentro de la estructura que dirigen Andreu Casadevall, en la rama de masculino, Esteban Albert, coordinando la categoría femenina, y Toni Monzó, como director de la Escuela. Un gimnasio de 250 metros cuadrados con aparatos para trabajar la fuerza, coordinación, velocidad... y en el que, al ser simétrico, pueden trabajar y recuperarse dos equipos completos a la vez.

L'Alqueria del Basket ofrece espacios como oficinas, salas de reuniones y de trabajo con medios audiovisuales, además de un recinto habilitado para que los jugadores, jugadoras y padres puedan estudiar mientras esperan a que empiece su sesión de entrenamiento. En el ámbito médico y de rehabilitación y fisioterapia, no se han escatimado esfuerzos. Dos boxes individuales para revisiones médicas, una sala de fisioterapia y readaptación, máquinas de hielo, ecógrafo y material de última tecnología. Además de una cafetería, una tienda y un escaparate donde aparecen las camisetas más significativas de la historia del Valencia Basket.

Entrenadores, jugadores, clubes, aficionados... de todas las partes de España o del Mundo ya han visitado una instalación magnífica. Torneos, clinics de formación, campus, sesiones individuales, prácticas de tiro... Hasta seis franquicias de la NBA ya se han dado una vuelta por L'Alqueria del Basket, situada a la espalda de La Fonteta. A esa otra pista iluminada por los focos de la admiración es a la que esperan pasar todos los niños y niñas de la cantera del Valencia. Al igual que Alex Vera, el valenciano de 20 años que esta temporada ha podido debutar con su club en la Liga Endesa. Su nombre se ha incluido en el Muro de los Sueños, el mural que incluye a todos aquellos canteranos que han conseguido alcanzar la meta de llegar a la élite.

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