Una gran pequeña familia

Entre campos de azafrán y vides se ha cultivado un fenómeno único. La Solana tiene un nuevo orgullo, su club de baloncesto. En ese lugar de la Mancha cuyo nombre se recordará después de esta gran temporada. Un éxito que nace del trabajo constante de una entidad que nunca ha dejado de ser una pequeña gran familia en esta localidad de apenas 15.000 habitantes. De forma literal. En el equipo ‘mini’ que va a acudir como campeón del Circuito manchego a la Copa de España Alevín (21-23 de junio) hay hasta tres hermanos y un integrante con un apellido muy real.

Damián García ha hecho de todo en el club. Fue jugador, entrenador y directivo. Ahora se ha pasado a un cargo de mayor responsabilidad: es padre. Los mellizos Iván y Hugo (2007) y el benjamín Daniel (2008) conforman un tridente dentro de una plantilla singular que ha competido a un alto nivel dentro de su federación. Vencieron el sector provincial y acabaron terceros en la liga autonómica, aunque lo mejor estaba por llegar. “Se decidió jugar por primera vez el Circuito con los seis mejores equipos de Ciudad Real, Toledo y Albacete. Y ganamos”, afirma Damián.

La evolución de los ‘minis’ del club viene desde hace cuatro años, cuando coincidieron una camada de chicos que tenían el baloncesto como referente en su propia casa. Varios padres y madres habían jugado y ya tenían en los genes el amor por las canastas. Todo queda en familia, otra vez. “Siempre han visto baloncesto. Porque jugábamos o porque íbamos a ver a los mayores. Teníamos la ilusión que fueran mejores que nosotros y creo que ya lo han conseguido. Este año les ha tocado jugar juntos y creo que el siguiente también”, insiste el portavoz.

En La Solana la filosofía de su asociación de baloncesto es clara. Quieren crecer con jugadores de la localidad o del entorno. Con esta norma no escrita han conseguido pelear este curso con el ascenso a Liga EBA y han colocado a su plantilla júnior en el grupo preferente de la federación de Castilla La Mancha. Ejemplos que pueden seguir los alevines, con los que ilusionarse y poder ampliar sus límites. Estar en Valencia entra dentro de este planteamiento de mejora y motivación. “Poder competir en la Copa de España Alevín es un premio por su buen trabajo. Van a poder medirse a equipos de otras comunidades, que quizá tienen más potencial que la nuestra, pero queremos jugar y que sirva para motivarnos. Seguro que se lo van a pasar bien, como siempre”, apunta Damián García.

El viaje hasta L’Alqueria de Valencia ha sido largo. Cuando recibieron la invitación de MHL Sports no se lo pensaron y buscaron las soluciones para completar el presupuesto para cubrir los gastos de desplazamiento y alojamiento. “Hicimos una rifa para una cesta con productos de la zona y luego hemos contado con el patrocinio de varias empresas de la localidad”, añade Damián García, que cita una a una esas marcas que han logrado completar el sueño de estos chavales: “Kalza’s, Opticalia, Futur Sprot, Construcciones Los Pepotes, Gesesban, Sadi, Whim, Pizzeria Mayor, SB2, Quesos La Solana y Bodegas Romero de Ávila Salcedo”.

El siguiente paso era intentar completar la plantilla. El grupo es algo corto en jugadores y tenían que encontrar algún refuerzo para ir más sosegados en un torneo de tres días intensos de partidos. Como Daniel García y Jesús García habían estado con el combinado manchego en el Campeonato de España Mini decidieron llamar a dos de sus compañeros. Así que en Valencia completarán su ‘roster’ con Daniel Caraballo y con Pedro de Borbón Dos Sicilias, cuyo apellido le identifica con la Familia Real. “Jugaron las semifinales para conseguir el ascenso. Lo hicieron muy bien y se hicieron todos amigos. Por eso les invitamos a venir a Valencia. Pedro es un gran niño al que le encanta el baloncesto. Sí que sabemos que tiene un parentesco con la Familia Real, pero es simplemente una anécdota”, añade Damián.

Dar la sorpresa será su misión. Saben que jugarán con canteras ACB (en su grupo está el Joventut) y con equipos que proceden de federación con mayor nivel competitivo, más fichas y más tradición, pero ellos quieren poner a Castilla La Mancha en buen lugar, adquirir mayor experiencia y tener un recuerdo para toda la vida. “Para ellos es un regalo, un premio a su trabajo”. Un premio que se han merecido. Un premio llamado Copa de España Alevín.

Oro en el Besós

Una calle. Desde una acera se extiende Sant Adriá. Si cruzas al otro lado te encuentras en Badalona. Pero sea donde sea, a cualquier lado de esta frontera invisible, lo que es seguro es que estás en territorio de baloncesto. El talento y la calidad de la formación del deporte que se concentra en estas dos localidades del Valle del Besós es difícil de hallar en cualquier otro punto de España y de Europa. Sus dos entidades de referencia, la Penya y el Femeni Sant Adriá estarán presentes en la II Copa de España Alevín (21-23 de junio) en L’Alquería del Valencia Basket. Y lo harán como actuales campeones, tras imponerse en las finales que abrieron la competición justamente hace un año.

Formación de alto nivel en verdinegro y lila. Empezando desde el minibasket y alcanzando las máximas cotas, dado que ambos clubes han competido esta temporada tanto en la Liga Endesa como en la Liga Femenina. Un trayecto que se fundamenta en el cuidado de la progresión del jugador y la jugadora gracias a una tradición de trabajo con consolidados éxitos a nivel competitivo, pero, en el principal objetivo, la construcción de deportistas de élite.

David Jimeno (Joventut) y Dani Poza (Femeni Sant Adriá) son los actuales coordinadores de ambas canteras. Sus filosofías no son las mismas, pero sí contienen principios innegociables y paralelos: el cuidado del jugador y la confianza en su progresión, la amplitud técnica en la enseñanza, el valor de la competición como herramienta formativa y no como objetivo, la edificación de generaciones desde edades tempranas… Experiencias como la Copa de España Alevín sirven para enfocar este proceso desde el minibasket, competición que ambas entidades encuentran satisfactoria, de ahí que repitan participación. “La experiencia fue muy positiva y no teníamos ningún tipo de dudas que deseábamos volver esta temporada. Unir en tres días la convivencia y la competición en un escenario de puro baloncesto, es una posibilidad que pocas veces se da en torneos”, explica Dani Poza, del Femeni Sant Adriá.

En Badalona se valora de forma muy positiva que al torneo se inviten a los clubes que sí forman equipos de base desde edades muy tempranas y no comienzan su pirámide desde la barrera infantil. “Se acopla a nuestra visión de la formación, dado que se juntan equipos que han trabajado juntos toda la temporada y no se generan sólo para este torneo. Esto se acopla a nuestra estructura, dado que en el Joventut tenemos en este club porque entran desde los cuatro años. Además, se potencia la formación por encima de la competición. El hecho de que sea a final de temporada nos ayuda a la alargar el curso y nos permite ir fuera de nuestro entorno competitivo e ir a jugar al máximo nivel, que no es una prioridad, pero si te ayuda a hacer grupo y a ver otros tipos de baloncesto, coger más formación”, insiste David Jimeno, coordinador de la cantera del Joventut.

Es difícil examinar los éxitos de una cantera. Si vemos los resultados nos podemos hacer una referencia del funcionamiento de los equipos. Y en este sentido, el Besós es un filón en el baloncesto de España. Esta temporada el Joventut ha logrado dos podios, dos terceros puestos en categoría infantil y cadete. Las ‘lilas’ de Sant Adriá, por su parte, elevaron el título infantil, fueron segundas en cadete y cuartas en júnior. Suman ocho campeonatos de España, de 18 posibles, en las últimas seis campañas. “Nuestra concepción del baloncesto de cantera se basa en que la formación vaya unida a la competición, no creemos que tengan que ir por separado, formamos a nivel personal, deportivo, pero formamos para competir como parte de esa educación. Y poder disputar torneos de este nivel, dejando a un lado el resultado final, hace crecer a nuestras jugadoras”, explicar Dani Poza.

Pero si no se consigue ‘sacar’ a canteranos al primer equipo estos marcadores se quedan en nada. Y no se puede decir esto de ambas estructuras. Los casos de Helena López o Laura Peña, ambas en la plantilla de Liga Femenina del Sant Adriá y desde ‘mini’ en el club, son dos buenos ejemplos. La lista de estrellas que han salido del caladero de Badalona es interminable y también se conjuga en presente. Joel Parra, José Nogués, Albert Ventura, Nenad Dimitrijevic, Xavier López Arostegui… Hasta ocho jugadores formados en la entidad han sido alineados esta exitosa temporada en la Liga Endesa por Carles Durán.

Esta cumbre inicia su senda desde muy abajo, en muchos casos, desde los niños que hacen sus primeros tiros en la canasta pequeña. Los equipos que participarán en la Copa de España Alevín inician esta andadura, aunque sin presiones y únicamente pensando en agudizar el mejor aprendizaje. La meta es formar, no ganar. “En minibasket el jugador se debe apasionar por el deporte y encontrar en él los valores que sean su soporte vital para ir creciendo. A nivel técnico queremos que desarrollen sus habilidades y fundamentos básicos llevándolos al límite, reduciendo la forma táctica a la toma de decisiones y ocupación de espacios”, enumera David Jimeno (Joventut), como fundamentos del trabajo del club en estas edades.

En el Femeni Sant Adriá este es el momento de enseñar las bases de su línea de acción. Es fácil reconocer a sus equipos en los campeonatos: excelencia técnica unida a una intensidad que no tiene límite. Eso se consigue formando grupos desde muy pequeñas. “La verdad es que todas las generaciones ‘lilas’ tienen cosas en común: La intensidad, el sacrificio, el compartir el balón, el tirar todas...Y esta no es diferente. Si llegamos lejos en las competiciones será por la fuerza del grupo. Al ser niñas que llegan muy pronto al club, conocen nuestra filosofía y mejoran a toda velocidad”, afirma Dani Poza.

Dentro de la forja de estos valores se adentran en la aventura de la Copa de España Alevín L’Alqueria del Minibasket, que además será el final al recorrido de canasta pequeña. Una efeméride que se anexiona a la oportunidad de competir con grandes entidades de otros puntos del territorio. “Se presenta como una oportunidad para cerrar un ciclo de canasta pequeña y un ciclo del entrenador, Adrià, y qué mejor hacerlo defendiendo el título de sus amigas del 2006. En San Adriá, por suerte o por desgracia, los equipos siempre se acostumbran a crecer defendiendo títulos conseguidos por las mayores, y a eso iremos. Para conseguirlo nos lo pasaremos muy bien y lucharemos mucho, si no no saldrían las cosas”, finaliza Dani Poza hablando de un equipo, su alevín, que ha sido campeón de Cataluña.

La Penya terminó tercera en el campeonato masculino de la categoría. Se analiza a un grupo con auténtico potencial, pero que no ha alcanzado la madurez física, algo que no preocupa dentro del cuadro técnico, cuya apuesta es a largo plazo y sin mirar los resultados. “Nos permite terminar la temporada al máximo nivel en una categoría donde no hay un campeonato de España. Si que es verdad que no hay que perder la perspectiva. La competición no debe ser una prioridad ni configurarse a nivel personal. Son muy, muy pequeños y nunca tenemos que perder esta misión”, asiente David Jimeno.

Un premio de categoría

Un campeonato de campeones. Valga la redundancia como definición de la Copa de España Alevín. Pero es que es así. El deseo de MHL Sports, empresa organizadora de este evento, no era otro que dar una oportunidad a los mejores equipos de minibasket del país de poderse enfrentar en un torneo en la mejor instalación de baloncesto que existe en Europa. Un premio de categoría que merecen y que hasta edad infantil no podían desarrollar.

La puesta en marcha de esta idea hace un año subrayó que no era una locura y la apuesta de la segunda edición se ha reforzado con la ampliación de la lista de inscritos. Hasta 24 escuadras por ambos lados, por el femenino y por el masculino, se darán cita desde este viernes en Valencia. La demanda lo exigía.

Pero no 24 cualquiera. La selección la hace la propia competición. MHL Sports ha invitado a participar en L’Alqueria del Minibasket a los mejor clasificados de las distintas federaciones regionales. Finalmente serán trece las comunidades autónomas representadas en la capital del Turia.

Las más potentes. Y este calificativo no es gratuito, sino valorando el baremo de las selecciones que se albergan en el grupo Preferente en el Campeonato de España que se celebra cada año en San Fernando (Cádiz). Cinco de las seis regiones más competitivas entre los chicos (Andalucía, Catalunya, Madrid, Comunidad Valenciana y Aragón) y hasta ocho de las diez mejor clasificadas en el bando de las chicas (Andalucía, Catalunya, Madrid, Comunidad Valenciana, Galicia, Aragón, Baleares y País Vasco) danzarán por las nueve pistas del palacio de la formación taronja. Un menú de participación difícil de aglutinar en un espacio tan concentrado de excelente minibasket.

No todas las federaciones definen campeonatos regionales en categoría alevín. La falta de equipos, las distancias, reducir el afán competitivo, el número de provincias… son razones que apartan la idea de montar un torneo final en esta categoría de iniciación. Sin embargo, otras sí que ya han añadido este pulso definitivo a estas alturas de la formación, donde el trabajo técnico y la enseñanza de conceptos básicos se prioriza.

En este sentido, revisando los calendarios de todas las federaciones, en la Copa de España Alevín se concentrarán hasta seis campeones regionales en el cuadro de chicos: Valencia Básket (Comunidad de Valencia), Augusto Alierta (Aragón), Torrot Maresme (Cataluña), Bahía San Agustín (Baleares), Pío XII Rosalía (Galicia) y La Solana (Castilla La Mancha). Estas cifras se superan en el lado femenino, con hasta nueve primeros puestos: Valencia Basket (Comunidad Valenciana), Stadium Casablanca (Aragón), Sant Adriá (Cataluña), CB Pollença (Baleares), Rivas (Madrid), Celta (Galicia), Mondragón (País Vasco), Ardoi (Navarra) y Castilla Club (Castilla y León).

L’Alqueria del Minibasket da cabida también a segundos, terceros y cuartos clasificados en sus respectivos campeonatos, así como entidades que, sin poder haber entrado en la lucha final disponen de una tradición y una realidad de relevancia dentro del aprendizaje del baloncesto en estas categorías.

Cataluña, subcampeón por partida doble con sus selecciones en San Fernando, dispondrá de diez entidades en la Copa de España Alevín, cinco en chicos y cinco en chicas, incluyendo los dos actuales campeones: Joventut y Sant Adriá. La Comunidad Valenciana (siete equipos) Aragón (seis equipos), Galicia y Madrid (cinco equipos) son las federaciones más representadas. País Vasco (4), Baleares (3), Andalucía (2), Castilla y León (2), Castilla La Mancha (1), La Rioja (1), Murcia (1) y Navarra (1) completan las banderas de esta segunda edición que pretende ser un regalo para que sus participantes tengan una experiencia más en su camino formativo.

Las canteras de élite estarán presentes en L’Alqueria del Minibasket. Ocho entidades de Primera dan brillo a una inscripción de campeonato. Los alevines de caladeros de la Liga Endesa como Valencia Basket, Tecnyconta Zaragoza, Divina Pastora Joventut, Movistar Estudiantes y Kirolbet Baskonia se unen a la presencia de referentes de la Liga Femenina como el propio Valencia Basket, Stadium Casablanca Mann Filter y Sant Adriá. A este listado se unen otras entidades involucradas en otros escalones del baloncesto profesional: Bahía San Agustín (LEB Oro), Vic y L’Hospitalet (LEB Plata) y Barça BSF, Campus Promete, Movistar Estudiantes, Ardoi, Picket Claret y Celta (Liga Femenina 2).

La casa del baloncesto del Valencia Basket

Un inusual fenómeno sucede en Valencia. Paseando por el Barrio de la Fuente de San Luis no es extraño contemplar el efecto de la maravilla. Es fácil reconocer el hechizo. Ojos como platos y bocas abiertas de par en par. Es el aspecto de asombro que se le queda a todo aquel amante del baloncesto que pisa por primera vez L’Alqueria. El sueño de todo aquel que ame el deporte de la canasta, que se haya imaginado el lugar perfecto para jugar, entrenar o, simplemente, disfrutar con esta disciplina. Quien la pisa queda enamorado al instante de la, sin rivales, la mejor instalación en Europa. Como poco.

Esta maravilla volverá a ser el teatro de los sueños para los mejores equipos españoles de categoría alevín durante tres días, aquellos que van del viernes 21 al domingo 23 de junio, en los que se desarrolla la II Copa de España Alevín L’Alqueria del Minibásket. Como postre a la temporada, MHL Sports vuelve a desarrollar por segundo año consecutivo una idea revolucionaria, un campeonato de primer nivel para los jugadores y jugadoras de esta edad, que no cuentan en este escalón con un torneo estatal para clubes.

El éxito del debut originado hace ahora un año ha provocado que se vuelva a repetir por una apuesta que combina la experiencia en eventos deportivos de MHL Sports con la garantía que aporta L’Alqueria y el Valencia Basket. Es indudable que gran parte de esta victoria se nutre de las inmejorables sensaciones que aportan a cualquier competición el marco de L’Alqueria.

Un añito de vida y mucha tralla. Visitas de lujo procedentes de todos los continentes, incluyendo a seis franquicias de la NBA, competiciones de todo tipo y, ante todo, el calificativo de la ‘Casa del baloncesto’ de la cantera taronja. El crecimiento de la formación del Valencia Básket es exponencial con catorce equipos de perfeccionamientos (siete femeninos y siete masculinos), más 36 grupos de Escuela, y que en esta temporada se ha alzado con los seis títulos en juego en la Comunidad Valenciana. 

La actividad en sus primeros doce meses ha sido frenética. La última cita de alto interés ha sido el Campeonato de España cadete femenino. Más de 4.000 jugadores de formación han pasado por L’Alqueria en este tiempo en distintas competiciones. Se han recibido más de 4.000 visitas externas entre acciones escolares, campamentos, escuelas de Navidad… A lo que hay que unir catorce clinics para entrenadores y entrenadoras o el desarrollo de eventos dentro de las actividades que promueve la Fundación Trinidad Alfonso. 

El sueño que tuvo Juan Roig es toda una realidad con una salud envidiable. Inaugurada el 27 de septiembre del 2017, L’Alqueria se ha convertido en un referente para el baloncesto en general y para la formación en particular, con todo pensado para que el jugador y la jugadora, el entrenador y la entrenadora, tenga todo a su disposición para desarrollarse como deportista y como persona.

15.000 metros cuadrados pensados para la práctica del baloncesto. Un total de 13 canchas completas, de dimensiones oficiales, con cuatro exteriores y nueve interiores. Dos pasillos simétricos de cuatro canchas con canastas regulables para todas las categorías y con una tribuna con capacidad para 120 espectadores que pueden moverse con libertad por un pasillo superior. Todas ellas están equipadas con su marcador y sus vestuarios, cada uno con una pizarra táctica.

Dos de ellas disponen ya de nombre propio, homenajeando a dos de los jugadores más emblemáticos del Valencia Basket: Víctor Luengo y Nacho Rodilla. Dieciséis meses de trabajos y más de cien personas implicadas en su construcción para levantar este tempo del deporte con una inversión de 18 millones de euros.

A esto se añade otra pista principal, con más de 250 butacas, ampliables a 500, con un sistema interno de grabación en vídeo que también permite la retransmisión en directo de los partidos y de los entrenamientos. Las paredes acolchadas reducen el riesgo a golpes en los numerosos encuentros que se encuadran en este recinto. Un sistema de rampas permite el acceso total a la instalación a personas con movilidad reducida. El ‘Mur de los somnis’ decora una de las paredes con el nombre de todos los canteranos que han llegado a debutar con el primer equipo.

La preparación física recibe un lugar prioritario en el modelado del jugador de formación y, por lo tanto, tienen su espacio propio en L’Alqueria. Un gimnasio duplicado, simétrico, para que dos equipos completos puedan trabajar en su interior al mismo tiempo, se ha instalado en la mitad del pabellón. Más de 250 metros cuadrados equipados con las últimas máquinas al servicio de los preparadores físicos del Valencia Básket, que pueden desarrollar todas las técnicas de perfeccionamiento y evolución, además de un par de canastas para trabajar la mecánica de tiro.

En el club de la Cultura del Esfuerzo el respeto a la salud de los jugadores es una prioridad. Por ese motivo se han creado dos boxes individuales para revisiones médicas, una sala de fisioterapia y readaptación, máquinas de hielo, ecógrafo y material de última tecnología que salvaguardan la salud y la recuperación de las lesiones de los jugadores.

La instalación cuenta con espacios polivalentes, además de oficinas, almacenes y despachos, zonas para realizar ruedas de prensa y un aúla especial para que los menores puedan conciliar las horas deportivas con la preparación de exámenes y sus obligaciones académicas.

La labor de los más de cien técnicos que trabajan en los distintos departamentos del club tiene su propio territorio. Es la sala Miki Vukovic, bautizada así en honor al entrenador que logró levantar la Copa del 1998, dotada con una pizarra y pantalla electrónica, proyector y Wi-fi para el trabajo simultáneo de hasta 30 personas, Una sala de reuniones con dispositivos audiovisuales para analizar los partidos y entrenamientos y ayudar en la mejora del jugador y jugadora por encima de todo.

Confirmado: Habrá Olibásket en 2020

Es mejor darse un tiempo para dar una valoración desde la reflexión fría. Escuchar todas las opiniones, tomar nota de los múltiples puntos de vista, obviamente, apuntar las quejas y las peticiones de mejora y señalar los agradecimientos y puntales que se marcan de la organización. Una semana después de la finalización del Olibasket, la mejor forma de cerrar la temporada, desde MHL Sport y El Olivar queremos completar el análisis y dar, creemos, la mejor de las noticias: habrá Olibásket en 2020.

“Hemos hablado ya con MHL Sports para trabajar para el torneo del año que viene. Si con el HMY llevamos trece años, esperamos que con este alcancemos los mismos”. Lo confirma Enrique Navarro, delegado general de Deportes de El Olivar. El rotundo éxito de la celebración de la tercera edición, que reunió a más de 1.200 jugadores procedentes de toda España, da pie a mantener la apuesta por un torneo que se afianza y toma ventaja como la verdadera fiesta de despedida para muchas asociaciones de baloncesto.

Dos días de actividad frenética. Con más de 150 partidos entre las categorías benjamines hasta la júnior, todo el espectro de la formación. Mientras que el Torneo Internacional HMY cadete es la joya de la corona, con la presencia de clubes europeos y americanos y de entidades de la Liga Endesa y la Liga Femenina, el Olibasket es el mejor territorio para un nivel en segundo plano competitivo, pero no por ellos menos importante tanto para MHL Sports y para El Olivar. “Si partimos de la filosofía que impartimos desde El Olivar, que nuestra política es basarnos en el deporte base, el Olibásket es una imagen perfecta de lo que el club quiere hacer con el deporte en general”, indica Enrique Navarro, cerciorando la importancia de esta competición en la entidad del barrio de Miralbueno.

La cohesión entre MHL Sports y Olivar alcanza una alta cota de compenetración. El amor por la formación y la obligación de generar un entorno de diversión tanto para los menores como para las familias, donde el componente deportivo se adose a una magnífica oferta de ocio, hace que el Olibásket sea un producto ideal para aquellos equipos que busquen pasarlo muy bien y jugar buenos partidos. Las instalaciones de El Olivar son un escenario sobresaliente para redondear la fórmula del éxito. “El ser un club privado podría suponer que, al haber tanto aforo extra, el socio se sintiera molesto, pero es todo el contrario. Se muestra como un orgullo el hecho de ver que la gente de fuera valora tanto el club y más viendo cómo se lo pasan los pequeños que vienen a nuestras instalaciones”, enfoca Enrique Navarro.

El trabajo de organización que supone tener a punto trece canchas, coordinar todos los desplazamientos y comidas, solucionar los imprevistos, tener en cuenta cada uno de los detalles… horas y horas de trabajo que son pocas en comparación con la satisfación de miles de menores jugando al baloncesto con una sonrisa. “Desde el Torneo HMY que se hace en Semana Santa enlazamos en con el Olibásket de junio. Es un trabajo desde la organización y desde la sección de baloncesto que no se puede valorar. Es superior. Es una aportación desde el club a la capitalidad de Zaragoza como ciudad de baloncesto”, indica Enrique Navarro, contento con el resultado de ambos torneos. Y dispuestos a repetir.

La difusión que hacen los participantes de El Olivar es un valor añadido que no se puede ocultar. Vivir desde dentro la oferta de una entidad de cinco estrellas y darlo a conocer, en Zaragoza y fuera de Aragón, es una publicidad sobresaliente. “Tanto a gente que viene de fuera, como los propios zaragozanos se quedan asombrados por la magnitud tanto del HMY como el Olibásket por la importancia del torneo como de las instalaciones”, concluye Enrique Navarro. Por eso en 2020 habrá más Olibásket. Más y mejor. Lo aseguramos.

 

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