Un Torneo para toda la familia

En las diez ediciones del Marina d'Or Básket Cup aparece tarde o temprano la misma pregunta. No queda muy claro si son los padres o sus hijos los que más disfrutan del torneo y su envoltorio. Una imagen vale más que mil palabras. En las gradas de Torreblanca esta tarde unos aficionados de El Olivar llevan un rato de pie. Bailan y cantan sin desenfreno. La coreografía está aprendida de muchos partidos de temporada. El ánimo está en todo lo alto. Siempre festivo, sin aludir al rival o al resultado. Incluso aunque los chicos vayan perdiendo no se rebaja ni un decibelio del 'aguante'.

La Marina d'Or Básket Cup es una oportunidad para los jugadores de pasar unos días en convivencia con sus compañeros, reforzar lazos y medir sus fuerzas con equipos de otras latitudes. Pero no son los únicos que esperan con ansia a que llegue el viaje a la Costa del Azahar. Sus padres, acompañantes fieles y leales, también marcan en rojo el 'Puente de Mayo'. "Es una fiesta para todos. Nosotros disfrutamos viéndolas y nos ilusionamos con ellas. Es un espacio perfecto para compartir, para conocernos más y aprovechar para disfrutar de alguna actividad de Marina d'Or", indica Pedro Giménez, cuya hija juega en el infantil del CB Prat.

La lluvia ha amenazado toda la jornada, sin poder con nosotros. Solo unas mínimas gotas hizo parar un par de partidos en las pistas exteriores de Marina d'Or (ver resultados de la primera jornada). Pedro Giménez no se marcha de su sitio porque caigan unas gotitas. "Es una nube", dice este padrazo catalán. Ha aguantado los nervios de la 'niña' la noche anterior y sabe que ahora toca disfrutar. "Además parece que mañana ya dará buen tiempo y podremos aprovechar más la playa", continúa con sus planes. La primera jornada no ha hecho más que confirmar las expectativas, entre otras, comprobar, si no hacía tiempo de playa, el calorcito de las piscinas interiores, la amplitud del buffet y el ambiente de convivencia que se vive en las gradas. Más de 500 partidos en tres jornadas dan para mucho, pero sabemos que no todo es ver baloncesto.

Repetidores

Algunos ya saben el terreno por el que se mueven. Son repetidores. Sergio Gómez, padre de Paula, ya empieza a conocer al dedillo los rincones de Castellón. El año pasado su hija, alevín del Halcones de Arroyofresno, participó con un equipo benjamín. "Entonces era la única chica del grupo, pero quiso venir. Los primeros temores se le esfumaron. Se lo pasó tan bien que tenía claro que todos íbamos a repetir", dice este madrileño. En la banda son una decena. Aplauden las canastas y no levantan el tono. "Somos una familia. Los chicos más mayores apoyan a los grandes y siempre hay muy buen ambiente. Da gusto", comenta sobre la actitud de la 'Fiebre Amarilla' de Halcones, que el año pasado fue premiada como la mejor aficion en varias de las categorías. Hasta desde el club madrileño nos comentan que alguno de sus nuevos jugadores, al inscribirse en septiembre, preguntan si tienen asegurada plaza para ir al Torneo.

A Felipe García le suena lo que ve. Hace ya unos años que él se iba de torneo con su colegio, el mítico San Viator de Madrid. "Llegamos incluso a ganar la edición de un famoso programa de televisión Cesta y Puntos. La final fue en Zaragoza", cuenta Felipe, aquí progenitor de Nuria y Raquel, infantil y alevín respectivamente del Valdeluz, pero en su momento jugador profesional con el Cajamadrid de Wayne Brabender y José Manuel Beirán. Ahora él es quien aguarda en la puerta a consolar a las chicas después de un encuentro. Aún no han ganado ni un partido, pero en su sonrisa y en las bromas con sus compañeras queda claro que ese no es el objetivo. "Se trata de que tengan otras experiencias, una oferta de ocio que les quité de otras opciones, que les mantenga activas. Aquí además tienen otras perspectivas, ven a equipos de otros lugares", asiente Felipe. A su vera está su padre, el abuelo de las niñas, el responsable de todo cuando le dio por colgar en el garaje de su casa de Usera una canasta. Ahora jubilado se sube al carro de las nietas y ha dejado unos días su casa en Escorial por probar la playa de Castellón.

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Precio especial en Atracciones

La primera jornada decidió la mayoría de los grupos en juego para definir las eliminatorias que desde mañana se disputarán, dejando el lunes para las finales. Por lo tanto, aún quedan dos días por delante y los padres aprovecharán el tiempo al máximo entre partido y partido. "Combinaremos el tiempo de ver los partidos de nuestras hijas con las de otros equipos del club, pero también nos escaparemos para dar un paseíto o comernos un arrocito", afirma Sergio Gómez, de Halcones. El lugar invita a ello. La oferta de ocio de la Ciudad de las Vacaciones anima a los más de 4.000 acompañantes a darse un respiro en mitad de la primavera. "Es un espacio que te da muchas alternativas. Aprovecharemos para dar una vuelta", confirma Pedro Giménez, del CB Prat. "Nosotros ya hemos probado la piscina. Nos vinimos pronto ayer porque sabíamos que podríamos aprovechar", desvela un padre del Valdeluz.

La organización además ha tenido un detalle con todos los participantes de la Marina d'Or Básket Cup. Acreditando que están interviniendo en el torneo pueden obtener entradas a un precio de diez euros en varias de las atracciones de las que consta el enclave de Oropesa del Mar (consulta aquí todos los detalles). Los jugadores y jugadoras, si hay algún resquicio en el calendario de partidos, pueden pasarse por el Wipe-out (un circuito al estilo del programa 'Humor Amarillo'), las atracciones de Parque Aventura o Mundo Fantasía (para más pequeños) o montarse en los karts.

cbPrat