Un padrazo llamado Reynaldo Benito

María roba la pelota y esprinta. Se esfuerza por llegar al otro aro. Es peleona. Dribla con acierto a una defensa que le saca una cabeza y ve el pase a la compañera para lograr una canasta. El banquillo salta animado.

Es mediodía y hace buen tiempo. Casi se agradece jugar en exterior. Un grupo de padres y madres se resguarda en la zona de sombra, apoyados en la pared metálica del complejo de pádel de El Olivar. El padre de María gesticula poco. Ni se inmuta con la asistencia. Brazos en cruz, los desenrosca en alguna acción para aplaudir, pero de su boca no sale nada más que una felicitación cuando termina el partido del torneo Olibasket.

Hoy es más fácil contener los nervios y la postura que hace unas horas. En esa otra cancha no daba el sol. Y ese padre no sólo era padre, era presidente. María se apellida Benito y es hija de Reynaldo, el presidente del Tecnyconta. La mañana siguiente de ver a su equipo perder con rotundidad en la apertura de todas unas semifinales de la Liga Endesa, se quita el traje para ponerse en el papel de papá, quizá con menos adrenalina gastada, pero también con lo suyo. “Es totalmente distintas, lo único que nos une es el baloncesto. Una es profesional y la otra es amor de padre y formación”, afirma el mandatario del equipo aragonés.

Reynaldo bromea con su hija. Quiere que pase para las cámaras. Pero María es lista y aquí también sabe hacer un buen dribling. Lleva un año en El Olivar, jugando en categoría alevín. Siguiendo los pasos de su progenitor, que antes de sentarse en los despachos llegó a debutar en la primera plantilla del CB Zaragoza tras cumplir las etapas en la cantera. Ahora vive esa misma experiencia desde un palco como el del Palau Blaugrana o el Príncipe Felipe, pero también de la banda de cualquier colegio o club de baloncesto de su Zaragoza, intentando disfrutar al máximo viendo a María jugar, crecer y pasándoselo fenomenal. “Se sufre cada uno a su manera. Todo es distinto. Es divertido ver a los niños con tanta ilusión y a los padres formando un ambiente tan bonito. Hay que darle la enhorabuena a la organización y que sigue haciendo año tras año. Porque para llegar donde el Tecnyconta llego ayer hay que pasar antes por todo esto, porque además luego es muy difícil llegar”.

El vínculo entre el Tecnyconta y El Olivar viene de lejos. El filial rojillo, por ese que han pasado los Javi Marín, Marcos Portalez, Sergi García, Álvaro Sanz, Carlos Alocén, Jaime Fernández o Jaime Pradilla, visten los mismos colores que ahora lucen orgullosa María Benito. “Tanto con el equipo EBA como con el club en general, organizando nuestro campus, la escuela… Es una relación de gran cercanía. Lo bueno para el Olivar es bueno para el Tecnyconta y al revés también. En ese sentido, es una vinculación de muchos años en la que seguiremos trabajando”, asiente Reynaldo.

El mundo profesional en el que está habituado a moverse Reynaldo Benito poco tiene que ver con este de la formación. Pasar de uno a otro está reservado a unos privilegiados, pero todos deben disfrutar de un viaje donde les irán acompañando los mejores recuerdos, los mejores amigos y los mejores valores educativos. Esa maleta, imprescindible también para esos que aspiran a jugar finales, a levantar títulos, a la fama, es la que quiere como buen padrazo que rellene su hija partido a partido. “Que se divierta, yo no le digo nada más, simplemente eso, que se divierta y que aprenda de las cosas. Los otros dos hijos que tengo se han dedicado al fútbol, son porteros, que quizá es lo más cercano al baloncesto que hay, pero siempre les he dicho lo mismo, que se diviertan, que es muy complicado llegar, pero que alcancen la meta que puedan completar, que sea competitivo, pero por encima buenos compañeros”, finaliza Reynaldo Benito que, mañana domingo, volverá por la mañana a ver a su hija en El Olivar y por la tarde cogerá un AVE para sentarse en el palco del Palau.