El consejo de Jiri Welsch

Pan de jengibre y cerveza negra. Dicen que no se puede pedir nada más a este mundo. Sentado en una terraza a la orilla del Elba, desde el mirador medieval de la Torre Verde o el castillo de Kuneticka o encerrado en una de los bulliciosos bares donde no es extraño encontrar música en directo. Dicen que así se encuentra el cielo terrenal en Pardubice, la joya de la Bohemia menos turística, un lugar aún difícil de poner en el mapa de la globalización, pero que se hará su hueco esta Semana Santa de Zaragoza gracias al baloncesto. Los cadetes del PK Pardubice ponen la nota internacional en la decimotercera edición del Torneo HMY El Olivar.

El amante del baloncesto, el seguidor de revista semanal y memoria de enciclopedia, recordará sin mucho esfuerzo el nombre de jugadores checos que en los últimos años han vuelto a poner a este país, coloso con la Checoslovaquia unificada en los años cincuenta, en un primer plano. Jan Vesely o Tomas Satoransky son ahora los líderes de una selección clasificada para el próximo Mundial. Ondrej Starosta, Ondrej Balvin, Lubos Barton, Patrik Auda, Pavel Pumprla, Simon Pursl o Vit Krejci, jugador de El Olivar Tecnyconta de Liga EBA, son algunos de los que han pasado por España últimamente.

Pero fue Jiri Welsch, un alero de dos metros, quien rompió las barreras hace ahora diez años. Primero aterrizando en la NBA (Warriors, Celtics, Cavs y Bucks) y luego desfilando por el Unicaja o el Estudiantes de la Liga Endesa. Pues Jiri Welsch es de Pardubice, club en el que se formó y se retiró hace una temporada. Y también él es culpable de que la fama del Torneo Internacional Cadete HMY El Olivar haya llegado hasta este rincón de la República Checa. “Jiri Welsch nos habló del torneo. Él tiene una idea muy clara del panorama del baloncesto en España. Sabemos que es un torneo tradicional, con excelentes equipos españoles”, comenta Tomas Urban, mánager del BK Pardubice.

España es un referente para un baloncesto en crecimiento como el checo y con más éxitos en el bando femenino que en el masculino. Buscar esas referencias, competir a un nivel mayor, es el objetivo buscado con este viaje a España. Y en ese sentido, desde el BK Pardubice consideran que el Torneo Internacional HMY El Olivar es una apuesta segura. “El baloncesto español es una garantía de alta calidad para nosotros, así que decidimos participar. Nuestros jugadores tienen que competir contra los mismos rivales desde mini hasta junior una y otra vez. Así que cada oportunidad de jugar contra un nuevo oponente y un nuevo estilo de juego es muy importante para su crecimiento”, afirma Tomas Urban.

A la experiencia deportiva se suma la oportunidad de poder viajar a una nueva cultura y compartir experiencias entre ellos y con otros jugadores. La expedición aterrizó en Barcelona unos días antes de desplazarse a Zaragoza con la idea de completar una serie de entrenamientos y paseos más turísticos. Para la totalidad de los menores será su primera incursión en el Sur de Europa. “El año pasado fuimos con el equipo júnior a un torneo en Francia. Es importante que los jóvenes conozcan diferentes culturas, costumbres, personas y países. Estas experiencias los enriquecen y les ayudan a entender el mundo de otra manera. Queremos formar deportistas de éxito, pero también en el ámbito del trabajo y personal. Y no puedes alcanzarlo sin enfrentarte y conocer el mundo”, argumenta el mánager del BK Pardubice como otra razón fundamental para organizar esta aventura. Los jugadores se pasaron ayer por el polideportivo de El Olivar para ver el partido de España U15 con el Palo y debutan esta mañana con el Sanfeliuenc y el Igualada.

Esta visión no resta ni un gramo a su ambición. Quieren dar un buen nivel ante las mejores canteras de España. Las lesiones les han lastrado esta temporada, donde se han metido como séptimos en el ‘playoff’ nacional, aunque su objetivo y nivel les sitúan en la previsible Final Four de la República Checa. “En nuestro país hay otra estructura a la de España, con categorías por edades impares (U15, U17 y U19). Pardubice siempre juega en el nivel más alto, jugándose los títulos con el USK Praha, el Nymburk y el Snakes Ostrava”, declara Tomas Urban. En la liga senior el Jip Pardubice está en cuarta posición y esta temporada ha disputado la FIBA Europe Cup.

Con varios internacionales checos en esta categoría, el club cuenta con un caballo en su escudo, dado que en la ciudad existe una de las escuelas de equitación más célebres en el centro de Europa. Galopar y galopar sería un buen sinónimo para definir el juego que están desplegando los cadetes del Pardubice en El Olivar. “Queremos jugar un baloncesto rápido basado en el uno contra uno y un buen trato espacial. Es una filosofía general del club. Los jugadores deben correr, correr, correr”, avisa el mánager Tomas Urban.