La receta del paraiso balear

La lista parece de slime. Se estira hasta el infinito. Empiecen a contar. Sergi Llull, Rudy Fernández, Sergi García, Álex Suárez, Joan Sastre, Peré Tomás, Pedro Llompart, Alberto Corbacho… ¿A que no está mal la selección? Todos nacieron en la misma aldea. Como si de los francos de Astérix se tratara, los baleares se han vuelto irreductibles en la Liga Endesa en las últimas décadas. La irrupción en el mundo profesional de tanto talento ha puesto el foco en el programa de formación que hace el Govern Balear puso en abril del 2002. El famoso CETiB (Centro de Tecnificación Deportiva del Gobierno Balear) ha sido la cuna de este paraíso que esta Semana Santa toma tierra aragonesa gracias a los Torneos MHL Sports.

Muchos ya hablan del método balear, de esa pócima que hace que de un millón de habitantes, de cuatro islas, salgan referentes como Rafa Nadal o Jorge Lorenzo. Pero la playa y el clima mediterráneo parece ser una receta equilibrada para jugar al básket. “No hay una receta, sí hay mucha pasión, hay entrenadores de mucho nivel y eso está ayudando a sacar muchos jóvenes. Sí es verdad que somos capaces en Baleares, quizá por el clima, supongo que por la forma de ser de un isleño, a nivel de competición, de intentar mejorar cada día para saber cómo estamos y compararnos a nivel nacional. Es una experiencia maravillosa. Ojalá pudiéramos estar un mes aquí”, explica Jose Luis Alberola, máximo responsable de CTEiB.

La participación de la nueva hornada del proyecto ha empezado con buen pie su paso por Zaragoza, ciudad que ha sabido capar los frutos de este centro con jugadores como Sergi García o Joan Sastre, antiguos alumnos del CTEiB. Dos victorias en los dos primeros partidos ante Helios y ASFE y la clasificación asegurada para la siguiente ronda. Poder experimentar sensaciones saliendo de la competición insular era el objetivo marcado por los técnicos. Este grupo compite regionalmente en Primera Nacional ante adversarios más físicos y veteranos, por lo que poder medirse a iguales es un reto. “Es uno de los mejores torneos que se realizan a nivel nacional y además encaja perfectamente con el ciclo en el que nos encontramos en nuestro programa para poder comprobar el estado de nuestros jugadores a día de hoy”, comenta Alberola, que confirma que ya llevaban varias temporadas queriendo venir a Zaragoza, pero no habían podido dar una respuesta afirmativa hasta esta temporada.

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El método

Este curso el CTEiB está viviendo una regeneración, Han vuelto a competir como grupo y a conjugar las dos llaves que abren simultáneamente la puerta del éxito. Competir y estudiar. Porque la exigencia no se queda encerrada en la pista, la prioridad salta a las aulas. “Lo maravilloso de nuestro programa es que es un proyecto educativo y deportivo. Los jugadores tienen horario partido para poder estudiar y entrenar. Está demostrado que el deportista que tiene cultura, que lee, piensa, razona tiene más posibilidades que aquel que solo hace deporte. Ese es nuestro método”, insiste Alberola.

El ingreso en el Centro de Tecnificación se hace siguiendo unas pautas. Primero el consentimiento paterno, al que se le explica que la intención del programa es educar. En un segundo punto primordial José Luis Alberola quiere resaltar el apoyo que hacen los clubes de las cuatro islas en la primera etapa antes de que los jugadores entren en el programa, ya con 14 años. “Antes hay un proceso de selección y seguimiento, con características físicas por encima de la medio. Trabajo técnico y adaptación al esfuerzo y un trabajo individualizado a nivel físico, cada uno necesita su método”, explica el responsable de CTEiB.

Al alcanzar la etapa de bachillerato los jugadores entran en un proceso de entendimiento del juego, más táctico, y se les promueve para tener versatilidad y puedan jugar en dos posiciones. “No sólo queremos que sepan jugar, también que aprendan a entrenar, a dar sentido a lo que hacen. Si piensan y razonan serán mejores jugadores. Y eso se consigue estudiando, leyendo”, indica pedagógicamente Alberola. Se pretende que el jugador alcance los 18 años con una maduración deportiva y académica en la que pueda decidir el siguiente paso: salir de la isla para estudiar o concentrarse en poder dar el salto profesional.